Los problemas de cobro de las empresas españolas

Pere Brachfield analiza la problemática de la morosidad y de los impagos en las empresas españolas


Uno de los grandes problemas endémicos a los que se enfrentan las empresas españolas es la dificultad permanente de lograr cobrar de forma adecuada de sus clientes y conseguir un flujo de cobros que les permita funcionar sin tensiones de liquidez ni sufrir pérdidas por la morosidad o insolvencia de sus deudores.

Con cierta frecuencia ocurre que empresas que han alcanzado un notable éxito en el área de marketing y han conseguido un buen nivel de ventas presentan suspensión de pagos o han de cesar en sus actividades empresariales. La explicación a este inesperado fracaso empresarial está en que dichas empresas han descuidado la gestión del crédito otorgado a los clientes y el cobro de sus ventas. Esta circunstancia les ha provocado serios problemas de liquidez, crisis de tesorería, problemas para financiar su realizable y por último una situación de insolvencia transitoria.

No hay que olvidar que uno de los factores clave para la buena marcha de las empresas es la capacidad que tienen en generar tesorería, y esta capacidad es directamente proporcional a la eficacia de las compañías en la gestión del realizable.

Indudablemente la morosidad se ve poderosamente influida por los ciclos económicos, puesto que en los ciclos de bonanza económica la morosidad disminuye notablemente. Pero esto no supone la erradicación del virus de la morosidad, que es endémico en España por lo que durante las fases de prosperidad económica el virus de la morosidad se encuentra en estado de hibernación y en las fases de enfriamiento de la economía (como sucede en estos momentos) el virus se activa y hace estragos en las empresas más débiles desde el punto de vista financiero.

A pesar de que durante los períodos de bonanza económica la morosidad alcanza unos niveles tan bajos que provoca la falsa impresión de que el problema ha desaparecido definitivamente, la evolución cíclica de la coyuntura económica, la subida de los tipos de interés así como los cambios coyunturales provocan un aumento de la morosidad que siempre supone un mayor riesgo de quebrantos económicos para las empresas.

En estas fases de elevada morosidad las empresas proveedoras de bienes y servicios sufrirán en propia carne las consecuencias de las insolvencias de sus clientes. Sin embargo en las fases de bonanza económica los suministradores de bienes y servicios también se ven afectados por el incumplimiento de los plazos de pago en las transacciones comerciales. Además se puede afirmar que en España se han consolidado unos hábitos de pago que son de los peores de toda la U.E.
El plazo medio real de cobro estadístico existente en España es de 92 días, lo que significa uno de los últimos lugares en el ranking europeo. La media europea se sitúa en 54 días, por lo que España está claramente fuera de los parámetros de la U.E.

En el caso de las Pymes los plazos de cobro son todavía más dilatados, siendo el plazo medio de cobro estadístico de 96 días, tan sólo superado por Grecia. No obstante, y a pesar de las estadísticas oficiales, en ciertos sectores los plazos de cobro habituales superan los 180 e incluso los 225 días.

Asimismo los estudios realizados han revelado que casi el 50% de las facturas emitidas en España se cobran con retraso respecto al vencimiento teórico, por lo que los clientes no cumplen con los plazos de pago concedidos por los vendedores.

Se puede afirmar y ha quedado confirmado con las recientes encuestas que la demora en el cobro es uno de los problemas típicos de las empresas españolas, y que aproximadamente el 85% de las empresas padecen habitualmente problemas de morosidad. Y del conjunto de empresas que sufren problemas económico-financieros derivados por el incumplimiento de las obligaciones de pago de sus clientes, el 90% padecen problemas de tesorería por culpa de la morosidad de los clientes. De este 90% de las empresas afectadas por problemas financieros, el 60% tiene problemas serios provocados por falta de liquidez.

Pere J. Brachfield, morosólogo, profesor de EAE, director del Centro de Estudios de Morosología

Lundi 15 Octobre 2007


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